“A los amantes de las bellas letras hago llegar mis mejores deseos” también tengo la obligación de revelar que no sé como comenzar todo aquello que conté en una medialuna de la plaza de armas a mi amigo poeta Cristian Muñoz, mientras esperábamos a su novia. Creo que comentamos la semana completa; discutimos sobre la charla de Bolaño, que hace un momento habíamos asistido, de las fascinaciones viciosas de los poetas en vías de desenrollo; de las navegaciones interminables por youtube.com y de las sorprendentes alegorías literarias que allí se encuentran de varios poetas nacionales interesantes y mucho mejores en su técnica que nosotros mismos, y recitando a viva voz poesía doliente como enfermos “nerudalgia o nerudismo involuntario” como dice el artista Ignacio Muñoz Cristi en sus charlas con el poeta Erick Pohlhammer.
Ambos sabíamos que Muñoz Cristi satiriza muy bien a Parra y a toda esa corriente seguidora, que a pie juntillas jura que nada en contra de la corriente, desacreditando todo lo que Parra ya ha desacreditado a más 160 Km./h y por qué no he de incluirme, si no es malo reconocer que todo poeta tiene su preceptor sin que el mismo tutor lo sepa o si lo sabe se hace el viejo ciego, el sordo y el mudo.
Da la impresión que esto ocurre cada ciertos años, ya que luego del estudio de Bolaño dictado por la maestra Mª E. Kokaly, estos fenómenos sociales de seguir cánones literarios son dignos de una sociedad que se siente poco comunicada, lejana a las charlas coloquiales y cercanas de amigos, como ocurre hoy por hoy con el fallecido escritor Roberto Bolaño; que alguna por ahí confundió con Chespirito.
En mi humilde apreciación literaria; la antipoesía, en su descontento con lo moderno y su estado constante de desorden social, pero de modo sistemático, radical y homogéneo logran séquitos abundantes de jóvenes henchidos de una desquiciada manera de explicar todo su estado de chateamiento o momentos de tedio al sistema y ellos como parte de él.
La función del poeta, del escritor de oficio y/o profesional, a partir ahora, radica en libres chispazos psicobiológicos y el objetivo, casi militar de quien escribe, ya no será tanto plasmarla, como denunciar aquel lugar donde se engendre este “sentimiento”, en cualquier momento y lugar, en lo cotidiano y cercano. La inspiración ya ni habita entre el papel y la tinta del lápiz, ni siquiera en las nuevas estéticas y formas de hacer arte, totalmente a la inversa, en la substancia, en la natura de la comunicación de fase libre, sin argumentaciones del contexto citado, sea en los diferentes aspectos que sustentan las sociedades.
Es común encontrarse una juventud rebelada y en constante desasosiego y no sé si me incluyo en la forma actual de los últimos adjetivos citados, pero las formas y los medios de hacer poesía o hasta la misma “antipoesía” ya no son los clásicos.
Parra, parecía hace tiempo estar dispersándose del buen gusto por el mal gusto, del estilo no lejos de lo estilizado y de la lírica laica, de un glosario bucólico añejo y rebuscado, y repleto de corrientes y comunes expresiones del pueblo. Sin embargo, Parra ya golpeó la mesa varias veces antes, incluso el sagrario del clérigo, pero poco levantó la voz como esta en donde ya se siente ciertas contradicciones manifestadas en frases tales como “¿No quisiera estar en el cuero de un poeta joven?” “¿Qué harán los poetas jóvenes sin mí?” A ratos me parece estar mirando a un Nicanor lleno de canas respetables al final de su propio arco iris; según Ignacio Muñoz ¿Qué puede decir Parra de un poeta joven? Y se responde así mismo, se nota que el viejo patriarca se siente al final del laberinto, concluye. Ahora bien, me pregunto, ¿no será que Parra de tanto bajar a los poetas del Olimpo, esta en pleno proceso de su propio ascenso poético?
Según mi amigo Cristian, de quien les comentaba al principio de este texto, había leído o escuchado algunas opiniones del poeta Raúl Zurita sobre estos tragicómicos lanzazos antipoéticos a los jóvenes, que decía “los poetas bajaron del olimpo, claro que sí, pero es bueno que vuelvan otra vez a subir” “pido que se levante la sesión”
